Los Postres Peruanos como parte de nuestra historia


Los Postres Peruanos como parte de nuestra historia
Como evolucionaron los postres en el Perú


Antes Lima, el misterioso lugar de los oráculos, adonde acudían los Incas a consultar su experiencia, su voz. Habían muchísimas huacas, construidas a manera de cerros de adobes verticales al estilo asirio.  A veces adornadas con dibujos geométricos, que eran utilizadas como adoratorios o templos o lugares de enterramiento.

Luego llegaron los “wiracochas” los hombres blancos salidos del  mar,   que inspiraron en los naturales mágico respeto. Sin embargo con ellos llegó el fin del reino de los Incas.
Fundaron aquí la capital con ello vinieron los españoles, se instalaron y con ello vino el mestizaje.

Los limeños se caracterizaron por su incansable apetito por los dulces que  ofrecían en sus grandes fiestas fastuosas, en las que servían los postres más exquisitos; muchos de ellos hechos en los conventos que eran los grandes centros de elaboración de postres: Bienmesabe, Bola de oro, Flanes, budines de frutas, manjar blanco de yemas, arroz con leche almendrado, frutas confitadas, entre otros muchos, los postres peruanos como parte de nuestra historia.
Los tiempos cuenta Ricardo Palma, no se consultaba el reloj, el  pregón marcaba las horas:
       La lechera, indicaba las seis de la mañana
       La tizanera y la chichera de Terranova, a las siete.
El bizcochero y la vendedora de leche Vinagre “La cuajadita”, a las ocho.
La vendedora de Sanguito de ñajú y choncholíes, marcaba la hora de canónigos.
La tamalera era anuncio de las diez.
A las once pasaban la melonera y la mulata del convento vendiendo RANFAÑOTE, cocada, bocado de rey, chancaquitas de cancha y maní y fréjoles colados.
A las doce, aparecían el frutero y el vendedor de empanadas de picadillo.
A la una, era el vendedor de Ante con Ante, la arrocera y el alfajorero.
A las dos de la tarde, la picaronera, el humitero y el de la rica causa de Trujillo.
A las tres, el melcochero, la turronera, y el anticuchero.
A las cuatro, la picantera y el de la piñita de nuez.
A las cinco, chillaba el jazminero, el de las caramanducas y el vendedor de flores de trapo que gritaba.....!Jardín, jardín! Muchacha ¿no hueles?
A las seis cantaban el raicero y el galletero.
A las siete de la noche, el caramelero, la mazamorrera, y la champucera.
A las ocho, el heladero y el barquillero.
A las nueve, el animero o sacristán, pedía para las ánimas.
Después del sereno del barrio, ¡Ave María Purísima!.... ¡las diez han dado!.....! Viva el Perú y Sereno!
Los manjares de aquella época eran magníficos, Lima era una ciudad de Temblores y campanas, tiene que ver con los temblores la tradición del Señor de los Milagros. Un humilde negro angola, pintó en 1651 sobre una pared de adobes, la imagen de Cristo. Durante el terremoto de 1655, todo se destruyó, menos esta pared. Y sucedieron más terremotos que nunca afectaron esta milagrosa imagen, cuya réplica sale en procesión cada mes de octubre recorriendo las calles limeñas en la mayor muestra de fervor religioso del Perú. 

Nació de esta tradición el turrón de doña Pepa. Fue Josefa Marmanillo esclava liberada, quien había sido curada por el Señor de los Milagros y que en agradecimiento puso a sus pies un dulce, que en sus sueños, había aprendido a hacer y que ahora es el más popular de Lima. De una finísima masa de harina, yemas y ajonjolí, bañado en miel de frutas, con sus grageas y pepelmas multicolores.

Una de las más tradicionales manifestaciones de criollisimo limeño la dieron las voces de Malambo en el corazón de Lima. Lo que es ahora el Jirón Francisco Pizarro que en la colonia fue sembrado de árboles de malambo a todo lo largo de esa ancha calle, siempre fue recordado como la capital del criollismo y con ello brilló también por sus dulces, nadie hacia mejor el Arroz zambito, el Ranfañote, la Mazamorra morada, el Arroz con leche, las ponderaciones, y el Sanguito de confituras, que las morenas de Malambo, inolvidables por siempre jamás....

En las fiestas patrias no faltaban los dulces como: los camotillos, cocadas, manjar blanquillos, chancaquitas de coco, turrones, encimadas, trancas de moqueguanos, revolución caliente, y muchos mas. Hubieron dulces en los Barrios Altos, La Aurora y Bajo el Puente, en las que se podía disfrutar de Champú Agrio, Sanguito, arroz con coco y pasas, ranfañote, fréjol colado, dulces de calabazas, caiguas, membrillos, melocotones y fresas, huevos a la nieve, natillas, mazamorra de zapallo y tantas otras delicias que no terminaríamos de enumerar.

En cuanto a la repostería peruana, ésta es casi totalmente colonial, porque los antiguos peruanos no conocían el azúcar. Sin embargo, se hicieron dulces durante la colonia utilizando productos peruanos, como: El fréjol colado, las natillas de yemas, que sustituyeron la harina de trigo por la de maíz, el maná, con almendras de zapallo, el calabazate y otros muchos.
Encontraras mas informacion aqui http://elpostreperuano.blogspot.com/

1 comentario:

  1. Los postres son la debilidad de muchos. Dulces y sabrosos, son el perfecto colofón para un almuerzo o una cena redonda. No obstante, si hablamos de gustitos peruanos, definitivamente las cosas se ponen mejor.

    El Perú es cuna de grandes potajes y los postres no podían ser la excepción. Aunque la variedad es amplia, acá te dejamos algunos de nuestros más populares manjares. Ahora la decisión es tuya.

    SUSPIRO A LA LIMEÑA
    Este es, sin duda, uno de los postres más tradicionales de nuestra gastronomía y su pasado es igual de rico. Su nombre original fue manjar real del Perú, pero fue el poeta Jose Gálvez Barrenechea quien lo bautizó como suspiro “porque es suave y dulce como el suspiro de una mujer”.

    PICARONES
    Hechos con una masa de harina de trigo, leche, levadura, maicena, zapallo y bañado en miel de chancaca, los picarones podrían ser una adaptación de los tradicionales buñuelos españoles.

    Este popular dulce ganó una gran fama gracias a los pregoneros del siglo XIX. Ahora, es uno de los engreídos de los peruanos.

    FREJOL COLADO
    Aparentemente, este dulce fue creado, al igual que muchos otros, por afrodescendientes. El frejol colado es preparado con frejol negro o rojo, miel de chancaca, clavo de olor y ajonjolí tostado para decorar. Dependiendo de la región, se puede usar canela, nuez moscada o incluso vino para darle mayor sabor.

    MAZAMORRA MORADA
    Es 100% tradición peruana: maíz morado, clavo, membrillo, guindones, manzana, piña, etc., coronado de la ‘preparación morena’. La mazamorra es sinónimo de tradición dulcera.

    KING KONG
    Natural del norte de nuestro país, originalmente se llamaba “alfajor de Trujillo”. Luego, por el gran tamaño y el molde que se utilizaba para su preparación, se le cambió el nombre por King Kong. Hoy es reconocido como patrimonio de la Región Lambayeque y ha sumado a su lista de ingredientes al dulce de piña, la natilla y el maní.

    ARROZ CON LECHE
    Pese a no ser exclusivo del Perú, el arroz con leche es sin duda uno de los más populares y sabrosos de nuestra gastronomía.

    En nuestro país se sirve espolvoreado con canela, clavo de olor y pasas. Además, es un excelente complemento de la mazamorra.

    ALFAJORES
    De origen español, los alfajores son famosos y populares en toda Latinoamérica. En el Perú, a diferencia de Argentina y Uruguay, solo se preparan con una sola capa de relleno a base de manjar blanco o dulce de leche. Además, la maicena le otorga una suavidad incomparable.

    TEJAS
    Este un dulce tradicional del departamento de Ica, hecho con relleno de manjar blanco, limón, higo o pecanas cubiertos con un baño muy delicado de azúcar y agua. La presentación tradicional es en un papel blanco enrollado en los extremos.

    ARROZ ZAMBITO
    Es un derivado del arroz con leche, solo que a este se le agrega chancaca, la cual le otorga el característico color marrón. Además, lleva pecanas y pasas rubias.

    TURRÓN DE DOÑA PEPA
    Octubre es sinónimos de procesión y también de turrón.

    Cuenta la historia que una esclava que sufría de parálisis pidió con fervor al Señor de los Milagros que le restablezca la salud. Una vez sana, como agradecimiento, decidió preparar este postre hecho con palos de harina, miel y grageas. Luego, la tradición se encargó de popularizar este dulce

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